Araña, nombre común de unas 34.000 especies de artrópodos que tienen
ocho patas ambulatorias, apéndices en la cabeza dotados de quelíceros y glándulas
venenosas, y órganos reproductores especializados situados en los segundos apéndices del
macho. Suelen hacer mucho uso de la seda que producen. Al igual que otras especies de
arácnidos, las arañas son terrestres, aunque unas pocas se han adaptado a la vida en
agua dulce atrapando burbujas de aire bajo el agua y llevándolas consigo para respirar.
Las arañas son numerosas y se dan en todo el mundo. Aunque la mayoría mide menos de 1cm
de largo, la más grande tiene una longitud corporal de unos 9cm, y la envergadura de las
patas de algunas arañas puede ser mucho mayor.
Estructura
La estructura corporal de la araña es similar a la de otros arácnidos en el sentido de
que está formada por un cefalotórax anterior (delantero), o prosoma, y un abdomen
posterior, u opistosoma. Las dos partes están separadas por un delgado tallo o pedicelo
que da al animal la flexibilidad necesaria para hacer uso de la seda que segrega. En el
cefalotórax suele haber cuatro pares de ojos simples que tienden a ser más grandes en
las arañas cazadoras y más pequeños en las que tejen telas elaboradas. Cada uno del
primer par de apéndices o quelíceros presenta una abertura en el extremo que está
conectada a una glándula venenosa. Los dos apéndices siguientes son pedipalpos,
similares a patas pero por lo general modificados en forma de palpos. En el macho, el
pedipalpo lleva un peculiar aparato copulador. En el cefalotórax hay también cuatro
pares de patas ambulatorias. En el abdomen hay unos apéndices modificados, las hileras,
que sirven para segregar seda. Las aberturas respiratorias del abdomen llegan hasta unos
pulmones en forma de libro (con una estructura en capas) o a un sistema de tubos
(tráqueas) para transportar el aire, o a ambos.
El sistema digestivo de las arañas está adaptado en exclusiva a la ingesta de líquidos,
ya que la digestión de las presas suele producirse fuera del cuerpo. Una vez realizada
ésta, chupan los fluidos resultantes. Determinadas partes del cerebro, bastante complejo,
pueden ser de mayor o menor tamaño dependiendo de si el animal detecta a la presa por
medio del tacto o por medio de la visión.
Veneno
Las arañas son por lo general carnívoras y se alimentan sólo de presas vivas. Pueden
aplastarlas por medio de los pedipalpos, y los quelíceros casi siempre tienen glándulas
que les permiten inyectar veneno. La picadura de algunas arañas grandes puede ser
dolorosa, pero la mayor parte de las especies son demasiado pequeñas para atravesar la
piel del hombre, y sólo unas pocas son peligrosas para el ser humano. Éstas son la viuda
negra y sus parientes próximos, que no son agresivas y sólo pican al hombre para
defenderse. Su picadura, muy dolorosa, va seguida de mareos, dificultades para respirar y
otros síntomas; aunque la mordedura rara vez es fatal, sobre todo si la víctima es un
adulto sano, es conveniente buscar asistencia médica de inmediato. Véase también
Reclusa parda.
Seda
La seda de las arañas es una proteína fibrosa segregada en forma de fluido que, al
extenderse, forma un polímero mucho más resistente que el acero, y multiplica su
resistencia a la rotura, merced a su elasticidad. Una única araña puede producir varios
tipos de seda. Aunque hay otros invertebrados capaces de producirla, las arañas son las
que hacen un uso más variado de ella. Por ejemplo, producen hilos de arrastre que les
ayudan a orientarse y sujetarse en caso de caída. Las arañas pequeñas, y en especial
las jóvenes, tejen un hilo 'paracaídas' que les permite dejarse llevar por el viento, en
ocasiones hasta cientos de kilómetros de distancia. Los machos usan la seda para
transferir el esperma al órgano copulador, y las hembras hacen capullos con ella. La seda
sirve también para hacer nidos y otras cámaras, así como para revestir galerías. El
uso más conocido -y el más asombroso- de la seda por parte de muchas especies es la
elaboración de las trampas para insectos conocidas como telas de araña. Una vez atrapada
la presa en una de estas telas, la araña puede envolverla con más seda.
Los diversos tipos de tela que tejen las arañas representan un notable ejemplo de la
evolución de la conducta instintiva. La araña no tiene que aprender cómo tejer su tela,
aunque el acto de hacerla puede estar adaptado a diferentes circunstancias. Las más
sencillas son irregulares y las telas más complejas son intrincadas y están orientadas
para interceptar el paso de los insectos voladores. La elaboración de la tela es un
proceso complejo que implica la creación y posterior eliminación de espirales a modo de
andamiaje, y una combinación de hilos adherentes y no adherentes. En algunos casos, un
grupo de arañas construye una especie de tela comunal, pero en general las arañas no son
sociales. Tales arañas dependen en gran medida del sentido del tacto.
Arañas cazadoras
Además de las tejedoras, muchas arañas persiguen a sus presas o las cazan al acecho. Las
cazadoras tienden a depender de la visión si se alimentan durante el día, y del tacto si
lo hacen durante la noche. Las arañas saltadoras pueden tender emboscadas a sus presas, y
un cierto número de ellas se camuflan bien en las flores merced a su color, su estructura
corporal, o ambas cosas.
Reproducción
Las arañas tienen sexos separados y los huevos tienen que ser fecundados (véase
Desarrollo). Tanto las aberturas genitales del macho como las de la hembra se encuentran
en el abdomen. Los órganos copuladores del macho, no obstante, son estructuras
complicadas situadas en los pedipalpos. El macho teje una pequeña tela, deposita en ella
esperma, y a continuación lo traslada al órgano copulador. Cuando el esperma ha sido
transferido a la hembra, puede quedar almacenado en su cuerpo durante un largo periodo.
El cortejo es a menudo complejo. Los machos pueden emplear hilos de arrastre para detectar
y reconocer a las hembras, o pueden indicar su aproximación pulsando la tela de la
hembra. En las arañas con ojos bien desarrollados, han evolucionado rituales complejos de
apareamiento asociados a patrones de colores brillantes. A menudo el macho tiene que
evitar que la hembra lo considere un alimento más; incluso en las especies en las que
esta conducta es común, no obstante, es frecuente que el macho escape indemne.
Las arañas macho son a menudo mucho más pequeñas que las arañas hembra. El enanismo de
los machos es pronunciado cuando las hembras tienden a permanecer en un único lugar. Los
machos maduran antes, y cuanto antes localicen a una hembra, más posibilidades tienen de
reproducirse.
Los huevos de araña están protegidos por capullos. La hembra puede vigilarlos o
llevarlos consigo. En algunas especies, las arañas recién nacidas permanecen con la
madre durante un largo periodo y pueden ser transportadas sobre el cuerpo de ésta.
Importancia
Como depredadores de insectos y otros animales pequeños, las arañas son en general muy
beneficiosas para los seres humanos, aunque algunas se alimentan de polinizadores
importantes como las abejas. También sirven de alimento a otros animales, en especial a
ciertas avispas, que las paralizan y ponen sus huevos sobre su cuerpo. Los esfuerzos por
emplear la seda de las arañas en la elaboración de tejidos no han tenido éxito desde el
punto de vista económico, pero sí ha sido utilizada para hacer la retícula de
determinados instrumentos ópticos. Aunque las arañas han ocupado un lugar de honor en
varias mitologías, es probable que su mala reputación en nuestros días se deba a su
tendencia a acechar en lugares sombríos y oscuros, a su apariencia a menudo grotesca y a
las enormes exageraciones en torno a su toxicidad.
Clasificación científica: las arañas componen el orden Araneae, perteneciente a la
clase Arachnida. Se conocen más de 105 familias de arañas, además de las casi diez que
se han extinguido. Suele aceptarse la existencia de dos subórdenes. El suborden
Opistothelae contiene el infraorden Mygalomorphae, compuesto por las formas de
'mandíbulas rectas', en general grandes, como los ctenícidos y las tarántulas, y el
infraorden Araneomorphae, cuyos miembros tienen quelíceros un tanto modificados y más
eficaces. Este último comprende las formas más conocidas y conspicuas, como las arañas
tejedoras, las arañas cazadoras y las arañas saltadoras. Algunos araneomorfos disponen
de un órgano especializado, el cribelo, que les ayuda a producir seda.